martes, 7 de agosto de 2012

Cuando vinieron a buscarme, Carta al floristero

Estimado floristero,
Seguro que se acuerda de mí, tuvimos un encuentro, algo tenso por su parte, el pasado 29 de marzo, día de la huelga general, recordará usted lo mal que le sentó que un grupo de personas se dedicara a sacar fotos de los comercios abiertos en el barrio con el fin de recordar qué empresarios no se unieron a la huelga y permanecieron insensibles a una reforma que hoy día seguro que le habrá quitado muchos clientes, bueno si no le molestó que fotografiáramos los comercios, al menos que lo hiciéramos en el suyo sí que le molesto, me imagino que usted es de los de la filosofía de vida de "a los demás que les den... cariño". En fin, confío en que habrá sabido adaptar el negocio para atender la creciente demanda en coronas fúnebres que le estará dejando los recortes en sanidad, sí así de crudo.

Recientemente me cruzo en su misma esquina con negocios que muestran su rechazo a la subida de impuestos... la verdad es que a punto he estado de sumarme a su filosofía de vida, pero he hecho de tripas corazón y he visto más constructivo utilizar el momento para regalarme esta reflexión. La verdad por delante, no te mereces mi apoyo, y al de la ferretería... qué te voy a decir a estas alturas de gente que opta por la amenaza con la violencia física que no sepas ya.

Se ve todos los días, colectivos con la cabeza gacha a los que la vida o les sonríe o les intimida tanto que no se paran a ver lo que le está pasando al que cada vez es un vecino más cercano, hasta que ¡ZAS! les toca y arman la revolución de sus vidas como si no hubiera existido un ayer al que poder haberse sumado.

La conclusión a la que he llegado es que voy a apoyar a los comercios en las peticiones que me parezcan justas, ni pizca de ganas de apoyar a aquellos que (seguramente de forma más que justificada) no supieron apoyar aquello que hoy les toca a ellos mismos, pero lo que nos está pasando es un problema que tenemos todxs y me hago cargo de que "sólo con todxs, es posible" sobretodo por evitar aquello de:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemöller 
Saludos

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